Portada Novela

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lunes, 28 de septiembre de 2009

Capitulo 7- Saga Intromision- Libro Intromision

Cuando salí del asilo, vi a Damián recargado sobre un coche que suponía era suyo, un muy bonito coche, como no se de marcas y modelos, no puedo decirte mucho, pero era de color negro y a mi opinión muy caro, me acerque, un poco temerosa, es decir iba a pasar toda la tarde con un chico que apenas anoche se había comportado de manera extraña y con el cual no había cruzado casi ninguna palabra, un completo extraño, pero no habría otra opción así que cuando llegue dije- hola Damián disculpa que me tardara un poco, no me di cuenta de la hora, pero dime a donde te gustaría ir o como que quieres hacer- el sonrió, me miro descaradamente o mejor dicho me escaneo lo cual me muy fue incomodo, entonces dijo -bueno que te puedo decir creo que no aceptarías-
-perdón???
-que no aceptarías hacer lo que a mi me gustaría, preguntaste que me gustaría hacer, así que yo te respondo así- levanto mis cejas incrédula ante lo que acabo de escuchar por lo que  digo – pues tienes razón no aceptaría, entonces dejando las bromas a un lado, a donde vamos- el sonrío irónicamente y dijo-no era una broma tenlo por seguro, pero viendo que no voy a lograr nada, primero me gustaría llevarte a comer a tu restaurante favorito, después podemos pasear por la ciudad en el coche así me ubicas donde están los lugares mas importantes, o que me pueden ser útiles, y después vamos al cine, como vez, el plan perfecto no te parece- me muerdo el labio, lo pienso un momento y digo –pues lo de comer y el coche esta bien, pero solo eso, la verdad es que estoy un poco cansada, lo de el cine lo dejamos para otro día- otro día obvio un pretexto porque si en mis manos está no habrá otro día, el me mira y dice –de acuerdo, vámonos- y entonces me abre la puerta, y no puedo evitar sorprenderme por lo que no lo pude ocultar así que él se dio cuenta, sus labios se curvaron un poco y dijo- al parecer soy el primer caballero con el que te cruzas, vamos entra- entro al coche, el cierra mi puerta da la vuelta para entrar al lado del conductor, una vez él dentro digo- gracias- entonces dice – de nada mademoiselle, siempre es un placer gozar de una compañía como la tuya- me contengo de reírme, este chico si que es raro, ayer parecía que me iba a comer, hoy se me insinúa, luego se porta como todo un caballero y después habla como si hubiera salido de una de las películas basadas en los libros de Jane Austen, entonces pienso que quizás lo de ayer solo fue un error, que no tengo porque querer huir de Damián, quizás solo es un chico voluble, así que me tranquilizo y me dispongo a pasar una agradable tarde, le indique por donde ir a mi restaurante favorito, llamado “La tratoria” este es un restaurante italiano, donde preparan unas delicias dignas de cualquier premio que se le pueda dar  a una rica comida, si es que eso existe, obviamente abrió mi puerta y me tendió su mano para ayudarme a salir, lo dicho se estaba comportando como todo un caballero, y como no era la primera vez que lo tocaba y ya había bloqueado cualquier percepción que pudiera tener de el, acepto su ayuda, al tomar su mano, la siento un poco fría, pero bueno eso no tiene por que ser raro, así que evito pensar en eso, ya en la mesa, decido pedir un filete migñon, después de debatir interiormente si pedía el filete o un risotto, Damián solo pidió de beber vino tinto, entonces le pregunto –no vas a comer nada- el toma su copa y dice-no tengo hambre realmente, pero no te preocupes, puede ser un agradable acompañante- bebo de mi copa, que debo decirte también es vino tinto, pues Damián insistió, y la verdad que es la primera vez que lo pruebo, y no sabe mal, pero no me acostumbro al sabor, durante la comida hablamos sobre algunos libros, películas y coches, si de coches, que acaso los chicos no saben que a la mayoría de las mujeres no nos gusta hablar de eso, y quizás sea por el hecho de que no sabemos nada del tema, pero o ellos no lo entienden o simplemente no les importa, el tema de los coches se extendió hasta parecerme eterno, aun cuando ya habíamos salido del restaurante y andábamos en el coche, el tema seguía siendo coches, y en especial el suyo, que cuantos caballos, que etc. etc, para mi hablaba en chino, así que solo asentía de vez en cuando fingiendo prestar atención, y pensando que definitivamente los chicos deberían tomar un curso llamado “Temas de conversación en una cita” aunque esta no era una cita así que mejor “Temas de conversación con una chica”, que les hace una falta, debería formar parte de la educación básica, así que harta de escuchar de coches, lo interrumpí y dije señalando una plaza comercial –esta es la plaza comercial del centro allí encontraras de todo, tiendas de ropa, zapatos, cafeterías, pequeños restaurantes, tiendas de regalos, prácticamente todo y también un cine, y allá -señale hacia otro edificio – están los antros de moda- vio a donde le había señalado y dijo-eso siempre es bueno saberlo- no respondí nada por que al instante me sentí muy mal, mi estomago empezó a dolerme a morir, pienso que mi rostro reflejo el dolor porque Damián pregunto-estas bien, te has puesto muy pálida- me lleve las manos al estomago y le dije –llévame a casa me siento fatal y creo que voy a vomitar- el aumento la velocidad y dijo –Cam resiste ya casi llegamos, mira que el coche es nuevo, no te vayas a vomitar, por favor aguanta- ni siquiera preste atención a sus palabras pero eso de mi coche es nuevo, me molesto, la verdad es que le hubiera dado su merecido vomitando en su bonito y nuevo auto, pero en esto momento no podía ponerme a planear esto, el dolor era muy fuerte, y si tenia ganas de vomitar pero trate de aguantarme lo mas posible, empecé a sudar exageradamente y me sentía realmente fatal, me doble un poco para apretar mi estomago y ver si esto traía alguna mejoría, pero nada, entonces el coche se detuvo y supe que estaba en casa, abrí la puerta y salí corriendo, entre y subí a mi habitación, me metí en el baño y vomite en el escusado la sensación fue horrible, si algo odio en este mundo es como se siente vomitar, y cuando me iba a enjuagar la boca otra vez quería vomitar, así que me senté en el piso al lado del escusado y me prepare para lo peor, todo lo que se es que vomite mas de dos veces, me sentía tan mal que no tuve fuerza para levantarme solo baje la palanca del escusado, le puse la tapa, y me recosté en el, que escena mas patética, pensé, mamá no estaba en casa para venir a darme los cuidados que todas las madres propinan a sus hijos enfermos, y seguramente faltaban horas para que llegara a casa, así que resignándome a que nadie me iba ayudar no me quedaba otra que esperar a sentirme mejor y poder ir a mi cama, Damián ni siquiera se apareció, y bueno en parte puede ser porque cuando entre a la casa corriendo y él detrás de mi preguntando como podía ayudarme le hice señas de que ni lo intentara, así que aquí estaba sola, con la cabeza sobre un escusado, vomitando cada cinco minutos, y sin fuerzas para moverme, y de Nicolás ni hablar, lo mas seguro es que no estuviera en casa, ya que no le vi cuando entre, cerré mis ojos y sin mas me dormí.

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