Portada Novela

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lunes, 28 de septiembre de 2009

Capitulo 18- Saga Intromision- Libro Intromision

Perspectiva de Nicolás…
Que me pasaba, la había lastimado, por eso ella no quería verme, yo necesitaba verla, necesitaba tomarla en mis brazos, sentirla cerca, nunca me había sentido así por nadie, en todos los años transcurridos jamás me había sentido así,  todo esto me hacía sentir enfermo, yo no podía enamorarme de ella, no podía permitírmelo, nunca debí permitirme acercarme como lo hice, besarla, tocarla, quería reclamarla como propia, pero esto era enfermizo, Augusto confió en mi, cuando el se enterara que yo estuve a punto de tomarla, de hacerla mía, Augusto se enfurecería, ella era su nena como el la llamaba, era lo que mas amaba, y yo la persona en la que mas confiaba, había defraudado esa confianza, pero que podía hacer ya, no podría regresar el tiempo y cambiar lo que había hecho y la realidad es que no quería, cualquiera pensaría que lo que sentía era enfermo, prácticamente vi crecer a Cam, cuando entraba en la habitación de Augusto siempre pude ver sus fotos, pero la ultima que había visto debió de ser cuando tenia 15 años, ella siempre había sido bonita,  pero nunca la vi con ningún interés, ella era la hija de mi amigo, pero la diferencia entre la ultima foto que vi de ella y como ella era ahora era infinita, Cam ya no era una niña, era una mujer, con apariencia tan hermosa, sus ojos tan profundos de ese color azul tan precioso, su cuerpo tan bien definido por sus curvas, cuando la vi por primera vez, cuando mis ojos se encontraron con los de ella, fue como una conexión, sin quererlo sin planearlo, ella empezó a meterse en mi mente, me interese en ella de una manera que no debí, ella era especial en mil maneras, era hermosa, cuando sonreía me robaba el aliento, su olor embriagaba mis sentidos, tenia un olor peculiar, uno que me enloquecía, sin siquiera mencionar el deseo que ardía dentro de mi por probar su sangre que sin lugar a dudas debía ser deliciosa, su cabello negro como la noche contrastaba con su piel blanca, sus pequeñas manías me agradaban, como no podía de parar de morderse el labio cuando estaba nerviosa, su manía de jugar con sus dedos cuando estaba atenta a algo, sus labios, sus perfectos labios, tanto los desee que no pude evitar probarlos, el contacto con ellos despertaba todos mis sentidos, Cam despertaba todos los sentimientos que tenían años dormidos, necesitaba hablar con ella, decirle que la deseaba, tratar de explicarle porque la había dejado así, fue un tormento, yo quería estar con ella, pero la conciencia no me dejo, era como si Augusto se hubiera aparecido delante de mi  gritándome apártate de ella, fue terrible después de dejarla escuchar su llanto, sus sollozos, fue como una estaca clavada en mi corazón, el tener que escucharla y no poder correr a ella y decirle cuanto la necesitaba, en cambio su llanto aun se escuchaba dentro de mi cabeza, había llorado tanto, podía imaginar como se había sentido, me había comportado como un perfecto imbécil, si tan solo ella supiera todo lo que sentía por ella, le dije que la estaría esperando, pero ella aun no venia, salí de mis abstractos pensamientos, y trate de escucharla, si estaba dormida podría escuchar su acompasada respiración, solo deseaba que ya no llorara, eso me lastimaba, no lo soportaba, y mucho menos que fuera el culpable de su dolor, pero no se escuchaba nada, en toda la casa no había mas ruido que el de algún reloj y del refrigerador, esto era muy extraño, me levante apresuradamente de la cama, entre al baño y me dirigí a la puerta que daba a su habitación, un dolor se formo en mi estomago, su ropa estaba aun tirada en el baño empapada, su ropa interior también esta allí tirada, los recuerdos de lo que había pasado regresaron a mi mente, su cuerpo tan cerca del mío, mis manos acariciándolo, nuestros labios besándose, nuestra pasión, pero había arruinado todo, quizás ella jamás me perdonaría haberla rechazado, pero ahora no era el momento de volver a lo mismo, necesitaba comprobar que ella estaba en su habitación, utilice mi fuerza para forzar la manilla, pero ella no estaba allí, la puerta de su habitación estaba abierta, corrí abajo, ella tenia que estar en la casa, pero como era posible no  haberme percatada de ningún movimiento, era imposible, que me estaba pasando, por primera vez en mi vida como vampiro sentí temor, un  presentimiento lleno mis sentidos, pero me negaba a aceptarlo, llegue a la cocina, pero no estaba allí, revise toda la casa, pero ella no estaba, podía percibir un poco de su aroma, ella había estado aquí hace poco, estaba seguro de eso, al seguir su olor supe que había salido de la casa, pero como era posible, yo no había escuchado ningún ruido, debió ser que me abstraje demasiado en mis pensamientos, como fui tan estúpido, si algo le pasaba jamás podría perdonármelo, estaba debatiéndome interiormente que hacer, cuando el teléfono de la casa sonó, conteste apresuradamente, bien podría ser ella, dije- bueno- espere la replica, entonces reconocí la voz era Damián ese bastardo de Damián, que decía –Nico que alegría oírte tengo un mensaje para Augusto, que quiero que le des, dile que tenemos a Cam, que si la quiere viva, venga a la bodega abandonada que esta en las afueras de la ciudad, a mas tardar a las 3 de la madrugada, Isaias le tiene una propuesta, y como estamos de buena puedes venir tu también, nos complacerá ver tu cara cuando la veas, pero no intenten nada si no quieren perderla, Isaias esta encantado con ella, su sangre le ha parecido exquisita- yo debía protegerla como pude permitir que se la llevara, su sangre le ha parecido exquisita, si Isaias se había atrevido a tocarla, pagaría por eso, se fuerte me dije, entonces respondí –que le ha hecho Isaias-
-vamos Nico nada, solo un degusto de su sangre, pero si no vienen a la hora acordaba ni te imaginas lo que le vamos  a hacer, los estaremos esperando- entonces colgó, salí apresuradamente de la casa, tenia que ir por Augusto y decirle lo que estaba pasando, esta vez no utilice el coche, llegaría antes utilizando mi velocidad.
Cuando llegue  al lugar donde estaba viviendo Augusto murmure, ya que eso era suficiente para que el me escuchara –Tienen a Cam apresúrate – solo pasaron unos segundos cuando el ya estaba conmigo, entonces dijo –como que la tienen que paso?- no tenia cara para hacerle frente se supone yo la mantendría segura, pero falle, tome valor y dije –Augusto lo siento, no me percate cuando Damián se la llevo, yo estaba tan abstracto en mis pensamientos, que no me percate de nada, lo siento tanto, te falle- Augusto solo me miro, sin expresión alguna dijo –eso no importa ahora, lo importante es evitar que le hagan daño-
-Damián dijo que Isaías te tenia una  propuesta nos están esperando, vamos-
Corrimos a toda velocidad, Cam tendría que estar bien haría cualquier cosa para asegurarme de ello, aun matar si era necesario.
Llegamos al lugar indicado, establecimos algunas estrategias, y nos decidimos a entrar.

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