Portada Novela

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lunes, 28 de septiembre de 2009

Capitulo 5- Saga Intromision- Libro Intromision

Esa noche cuando hube recogido un poco el desorden en la sala y apagado la música, me dirigí a mi cuarto, cuando llegue al final de las escaleras, me lleve un susto de muerte, pues de la nada apareció Damián, casi choco contra el, al evitarlo casi caigo, pero Damián me sostuvo con su brazo por la cintura, evitándolo, una vez recuperado el equilibrio quise soltarme pero el no me dejaba, entonces me di cuenta que mi mano estaba sobre su brazo desnudo y entonces paso, nada podía hacer ya para remediarlo, empecé a ver dentro de el, eran imágenes muy confusas, no entendía nada de lo que veía, mucha oscuridad, pero sobre todo me invadió un sentimiento de temor, no lo conocía, y no podía ver con claridad en su mente, lo único que sabia en ese momento es que sentía la necesidad de salir corriendo y huir de el, trate de soltarme de su agarre, pero no podía, entonces le dije –puedes soltarme ya!! Por favor- pero el parecía no escucharme, al escrutar su rostro, de pronto todo lo que había visto en el hace unas horas, se desvaneció, ya no era ese chico que parecía tan inocente, metido en su intelectualismo, ahora su cara era como de un perro hambriento, entonces una de sus manos recorrió mi cuello, lo vi aspirar varias veces, entonces me soltó, y sin decir mas se fue.
Me quede paralizada, dos veces en esta misma noche, 2 chicos que apenas había conocido, simplemente me habían dejado, así nada mas, sin decir nada, no puedo mentir, la verdad es que me tranquilizo que Damián se fuera, pero aun así estaba más que intrigada, obligue a mis piernas a responderme y camine a mi cuarto, y una vez dentro por primera vez en mi vida, puse el seguro a mi puerta, necesitaba ir al baño, lavar mis dientes, pero no quería que por una jugarreta del destino me encontrara a Nicolás en el baño, así que me acerque a la puerta de baño, y pegue la oreja, haber si escuchaba algo que me indicara que el estaba allí, lo mas sencillo hubiera sido tocar la puerta y ver si respondía, y si no pues era porque no estaba allí pero esto parecía mas interesante, contando con el hecho de que no pensaba dirigirle la palabra nunca mas.
Preste atención pero no se oía nada, así que di por hecho que el no estaba allí, entonces gire la manilla para abrir la puerta pero esta no abría, alguien había puesto el seguro por dentro y no había que tener mucha imaginación para saber quien había sido, así que sin pensarlo, me dirigí a su habitación, y sin siquiera tocar abrí la puerta, y al instante me arrepentí de ello, allí estaba Nicolás delante de mi sorprendido con sus pantalones en las manos, revisando los bolsillos, obviamente si tenia los pantalones en las manos, ya no los llevaba puestos, solo tenia una toalla cubriendo la parte de debajo de su cuerpo, su pelo un poco largo y negro estaba estilando, acababa de bañarse, me sentí sonrojar, pero no pude evitar echar un vistazo, o mejor dicho una escaneada al muchacho, el enojo pareció esfumarse y dio lugar a la admiración, no se cuanto tiempo estaría parada mirándolo como tonta, pero fue el tiempo suficiente para ver como las gotas de agua que caían de su pelo, acariciaban su rostro, el tiempo suficiente para grabar en mi memoria su torso desnudo, sus brazos, su abdomen, y su toalla, si lo siento, no puede evitar mirar allí, era la primera vez que veía a un hombre así, entonces vi  parte de sus piernas y pantorrillas, todo su cuerpo parecía esculpido por un experto, marcando los músculos en el lugar preciso, para que el ver este cuerpo fuera un deleite, y entonces sin disimular dirigí mi mirada a sus pies, recuerdas que dije que tenia una obsesión con los pies, pues bien no iba a desperdiciar esta oportunidad para vérselos, que puedo decirte, eran perfectos, las uñas estaban recortadas perfectamente, los dedos de sus pies era lindísimos, no muy largos, ni cortos, del tamaño perfecto, al igual que su pie en general, debía calzar del 7 y medio, o eso calcule, solo puedo decirte que eran los pies mas sexys que había visto en mi vida, y mira que he visto muchos pies, pues siempre ando observándolos en la calle, en la escuela, en la tele, en donde sea, donde hay un hombre, con los pies al descubierto, allí esta mi mirada, así que segura estaba que estos pies me encantaban, la pregunta era, que no me encantaba de Nicolás, su voz me saco de mis pensamientos, cuando dijo – Camille, que haces aquí?- me obligue a reaccionar y entonces dije –ne..ne..necesitaba entrar al baño, pero has dejado puesto el seguro por dentro- me miro, frunció el ceño y dijo-y que acaso nadie te enseño a tocar la puerta- entonces respondí- lo siento mama me enseño, es solo que no creí que te encontraría así- entonces me encamine al baño, ya estaba aquí para que dar la vuelta entera, pero justo cuando pase por su lado el me tomo por el brazo, y entonces otra vez paso, vi un jardín muy bonito junto a una casa o debo decir mansión, estaba una mujer muy hermosa jugando con un niño, que por sus ojos, y algunas facciones era Nicolás, el sonreí, y corría como caballo desbocado, después vi al mismo niño llorando en un rincón, diciendo mamá te extraño, no te vayas, después un funeral, muchos días de soledad, muchas escenas al mismo tiempo, hasta concentrarme en una donde se veía exactamente como es ahora, pero con ropa muy pasada de moda, el corría, pero esta vez no por diversión si no huyendo de algo, o de alguien, y cuando ese alguien se acercaba y estaba a punto de verle la cara, todo se fue, Nicolás me había soltado, y en su mirada había ira, entonces dijo- que me has hecho? Que fue  todo eso?-me asuste, que yo supiera el no podía saber que yo había visto en su memoria, o si?, entonces respondí – que?, no se de que hablas, me voy- empecé a caminar y cuando estaba por entrar el baño, escuche su voz  que decía –no vuelvas a espiar en mi vida, al parecer no tienes educación, si no puedes tocar una puerta mucho menos pedir permiso para mirar en mi mente, entrometida- al momento quede petrificada, me voltee camine hacia a el y le di una bofetada, el se sorprendió, pero no hizo nada, entonces dije-la única intromisión aquí eres tu, acaso crees que me importa tu vida, fue tu culpa, no la mía, así que no vuelvas a tocarme si no quieres que mire en tu patética vida, mantente alejado de mi, y la próxima vez no olvides quitar el maldito seguro, porque si por mi fuera en este momento te ponía de patitas en la calle, pero como no depende de mi, he de tener que soportarte- entonces me fui, entre en el baño y cerré la puerta, y me sentí bien, le pague con la misma moneda, hace un rato el me había dejado sin mas , pues ahora yo lo había hecho, y eso me hizo olvidar el mal momento y me sentí feliz.

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